BARBARA APPOLLONI / ARQUITECTA

BARBARA APPOLLONI estudió arquitectura en “L’Ecole d’Architecture de Paris La Villette” y en la universidad “La Sapienza” de Roma, donde obtuvo su diploma en el año 2000. En Roma colaboró en numerosos concursos y proyectos ejecutivos con el estudio de Massimiliano Fuxsas. También ha sido cofundadora del grupo BASE 1, activo hasta el año 2004 y cuyo proyecto para la Estación de Mendrisio ha sido premiado en el concurso EUROPAN6. En el año 2001 se traslada a Barcelona, trabajando hasta el 2004 con el estudio de Enric Miralles y Benedetta Tagliabue en proyectos ejecutivos como el del Mercado de Santa Caterina. Entre 2004 y 2006 colabora con el arquitecto Francesc Labastida, firmando tanto proyectos de nueva planta (una vivienda unifamiliar en Sant Genis de Palafolls) como de rehabilitación de espacios existentes (la Oficina de Extranjería en Tarragona y la Masia Can Dalmau). Desde el 2006 se dedica a la arquitectura de interiores: rehabilitación de viviendas, tiendas, restaurantes y diseño de mobiliario. Su trabajo abarca todas las fases del proyecto, desde la concepción de la idea al desarrollo del proyecto ejecutivo y la dirección de obras. “Mi práctica de la arquitectura es intuitiva, se construye a partir de la sensación, del sueño inicial que un espacio genera, de cómo imagino una forma nueva y diferente de habitar y vivir un lugar. Cada proyecto es un viaje por el edificio y su interior: contacto con el lugar, lo escucho, tomo sus medidas, observo sus detalles, busco la luz natural, lo dibujo y lo vuelvo a dibujar, construyendo el proyecto lentamente y explorando la mejor manera de expresar aquella sensación inicial. El cliente es una parte muy importante de la inspiración, escucho su historia, comprendo su personalidad y busco la energía entre nosotros: la forma en que puedo generar un cambio, una evolución. Trabajo la distribución de los espacios interiores, su relación con quien los vive, el nivel de intimidad entre ellos y su relación con la luz natural, el orden de las cosas y la precisión de los detalles (los discretos y aparentemente invisibles), busco la armonía de las líneas y las formas. Me distancio de lo efímero, sin buscar una forma o un estilo predeterminado. Me gusta crear lugares acogedores, funcionales, que provoquen curiosidad y generen energía. Me gusta el proceso de la obra y guiarlo hasta su conclusión, el acto material de la construcción, la relación unívoca entre proyecto y proceso constructivo. Cada proyecto me permite pensar en mi trabajo como una exploración sin fin, donde cada espacio no es más que una etapa hacia el siguiente y que me lleva a repensar y reposicionar los elementos en los cuales se basa”.


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