LA ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA


 




Lo siguiente es tomado de un blog que me gusto mucho. Sobre todo por la forma en que habla sobre la profesión de un profesor de arquitectura. Y coincido en gran parte con lo que se menciona más a delante.  Es confirmar lo que decía Helio Piñón, sobre las Universidades, que se han convertido en guarderías de niños de 18 a 25 años.





 Cuando inicié la aventura de enseñar en una escuela de arquitectura, jamás imaginé a lo que me enfrentaría. Tampoco creí necesario darle muchas vueltas al asunto sobre como y que enseñar. Con el tiempo y la experiencia me he encontrado con que las cosas no son como yo pensaba. Ni las aulas, el tiempo, el material didáctico, los alumnos, los colegas, o las diferentes líneas de pensamiento de las distintas escuelas son siquiera estables o similares.

Por cosas de la vida, ésta, me llevó a servir en un lugar. Este, era especial. Allí me formé, me gradué, y se configuró como una oportunidad de retribuir lo aprendido, devolver con creces y con cariño la excelente formación obtenida de profesionales prácticos, y con profundos deseos de transmitir conocimiento. Altamente exigentes pero sumamente pragmáticos.

Ha sido una ardua tarea, no es fácil enfrentarse a un mundo de alumnos que no están capacitados para la carrera, que son promovidos a diestra y siniestra por docentes inescrupulosos, sin ética y que al final sólo les engañan haciéndoles creer que tienen algún tipo de conocimiento. Por supuesto, éstos, se vuelven los favoritos y amados de aquella mayoría que sigue en la carrera después de casi 7 años y sin muchas perspectivas cercanas a ser egresados.

Algunos alumnos son sumamente ingratos e hirientes, según ellos, porque tienen el "derecho" de pasar a como dé lugar la materia, a graduarse aunque nunca lleguen a edificar absolutamente nada!
Pero los más problemáticos y rencorosos son aquellos estudiantes que tienen un profundo temor a comprometerse con la carrera, y tienen miedo, casí horror, a dibujar! Esto no es comprensible, sobre todo en una carrera que implica exploración, elaboración de conceptos a través del dibujo, y a ser expuestos de manera gráfica.

Me pregunto que sucede con estos alumnos, de dónde nace toda esa ansiedad e incertidumbre, que se convierte en aversión y casi fobia a la expresión gráfica. Algunos descubren de manera dolorosa su total falta de formación unida a su mala distribución del tiempo (disciplina). No comprenden por más que se les repita una y otra vez ( a veces creo que me expreso en chino o en arameo !) que sin dibujo NO existe ningún diseño ni nada que se pueda evaluar. Que "ese" dibujo ( al que le han tomado una profunda fobia, y que se prolonga al profesor del taller) debe de ser realizado en tres dimensiones, y eso implica su representación bidimensional de alzados, secciones o cortes y sobre todo de bocetos , de perspectivas.

En algunos casos específicos he notado que esa fobia (que me acompaña, a pesar de las sonrisas fingidas, u otras expresiones de "aprecio" en algunos) es simplemente una defensa . Ante la falta de experticia ( que depende unica y exclusivamente de ellos, el dibujo enfrenta a la persona a SU habilidad, si falla, no lo hacen los compañeros del grupo, falla EL o ELLA , no hay a quien hecharle la culpa ) evitan ser criticados y odian el papel, el boceto y no aceptan que el diseño es un proceso de ensayo, error...y volver a empezar. Una y otra vez, por supuesto esto requiere de compromiso y disciplina que sólo la madurez da.

El diseño, el proceso creativo de un proyecto, se evalúa, afina y perfecciona; se cambia de manera continua con una actitud propositiva, de criterio, sustentada en la teoría, en los conceptos, en la investigación del acto arquitectónico.

Algunos son renuentes a cualquier tipo de reto intelectual (cuando se les dice que investiguen, fruncen el ceño, y el lenguaje corporal es sumamente tenso) no digamos el reto creativo.

Lo cierto es, y aunque no agrade lo que escribo, es sumamente indispensable el talento natural y lamentablemente, estos "privilegiados" marcan el ritmo de desempeño en un taller de diseño. Al tener este tipo de alumnos, se les respeta, pero se vuelven el barómetro de sus compañeros, ya que bajo estos parámetros se evalúa el rendimiento de los demás.

El talento y el desempeño en el diseño, siempre han sido los elementos más apreciados y esto no podemos negarlo.

Así que por hoy, me dormiré tranquilo....como siempre, ya que no depende sólo de mi la enseñanza de este acto creativo. Existe en el otro lado del cuento una persona, llamada "alumno" , el cual pueda o no que tenga talento y alto desempeño; que le dará como resultado una nota y que al final , nos guste o no a los que hemos recorrido este proceso; define posiciones y sobre todo, compromisos.

Saludos !

0 comentarios:

Publicar un comentario